jueves, 20 de octubre de 2016

Historia; Los Moais y creencias religiosas.

Como en toda la Polinesia, en la Isla de Pascua, el culto a los antepasados rigió gran parte de la vida espiritual de sus habitantes. Los Rapanui creían que el “mana” (energía espiritual) de las personas importantes continuaba existiendo después de su muerte, y tenía la capacidad para influir en los acontecimientos mucho tiempo después de su fallecimiento, creencia que se hizo tangible en la elaboración de los moais.

Esta es la conocida como etapa clásica, cuando la cultura Rapa Nui alcanzó su máximo esplendor erigiendo enormes altares ceremoniales o Ahu en los cuales se levantaron las enormes esculturas talladas en piedra volcánica, que son el símbolo más característico de la Isla de Pascua. El período de los moais se extendió aproximadamente entre el año 800 d.C. y 1860, cuando el conflicto entre los distintos linajes cambió la historia de la Isla.
Al momento de morir el jefe de una tribu o alguno de sus miembros más importantes, se mandaba esculpir una estatua en la cantera de Rano Raraku, misma que luego sería trasladada hasta la aldea correspondiente, para que proyecte sobre sus descendientes su “mana” o poder sobrenatural, a través de su mirada. Los moais siempre se colocaron mirando hacia su aldea y sus descendientes, no hacia el mar, ya que su objetivo no era protegerlos de amenazas externas sino extender sobre ellos un manto protector.
En la medida que los Rapanui adquirieron más habilidad esculpiendo y transportando los moais, éstos fueron haciéndose más grandes y más estilizados, a diferencia de los primeros que eran más pequeños y toscos; de este modo, el tamaño y la delicadeza de los detalles en la escultura sirven para establecer su antigüedad. De hecho, los moais más grandes que fueron esculpidos en este período, se encuentran todavía inconclusos en la cantera de Rano Raraku. Se calcula que las estatuas más grandes exigieron el trabajo de entre 10 y 20 hombres durante todo un año.
Se cree que entre los siglos XV y XVIII la Isla de Pascua sufrió una crisis de sobrepoblación que originó escasez de recursos y provocó conflictos entre las 12 tribus que la habitaban. La obsesión por construir moais cada vez más grandes fue una de las principales causas de deforestación y falta de alimentos. Estos problemas generaron el decaimiento en la creencia del poder de los moai y por tanto su elaboración no sólo fue abandonada sino que llegaron incluso a derribarlos de sus ahus.

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